La industria de la moda tiene un gran impacto ambiental, ya que según la ONU, genera más emisiones de carbono que el transporte aéreo y marítimo internacional combinado. Un aspecto clave es la fabricación de disfraces de Halloween, que en países como México, donde esta celebración se ha vuelto popular, también representan un desafío ambiental.
De acuerdo con GoTrendier, un disfraz de Halloween puede producir hasta 6.3 kilogramos de CO2 durante su proceso de fabricación. Además, muchos disfraces, especialmente aquellos hechos con materiales sintéticos como el poliéster, se usan solo una vez y luego se desechan. Esto contribuye a la acumulación de residuos textiles en vertederos. En Estados Unidos, se estima que cada año se tiran 600 millones de disfraces, y aunque no hay cifras precisas para México, el patrón de consumo es similar.
Para reducir el impacto ambiental, una opción es optar por disfraces de segunda mano, lo que disminuye la demanda de nuevas producciones y reduce los desechos textiles. Otra alternativa es crear disfraces caseros utilizando ropa o materiales reciclados, lo que además fomenta la creatividad y permite una mayor personalización.
El ahorro económico es otro beneficio importante de optar por estas alternativas, junto con la posibilidad de encontrar disfraces únicos y vintage. A largo plazo, estas prácticas también ayudan a reducir los residuos en los vertederos y a promover una mayor conciencia ambiental, especialmente entre las nuevas generaciones.
Plataformas como GoTrendier juegan un papel clave al facilitar la compra y venta de disfraces de segunda mano, contribuyendo a extender la vida útil de estas prendas y promoviendo la moda sostenible.
¿Tú ya tienes listo tu próximo disfraz de Halloween? Cuéntamos cómo es a través del formulario de abajo. Y si quieres conocer más de otros interesantes temas da click aquí.