¿Has dicho vino de Canadá? Si guiñamos un poco los ojos al contemplar la bandera de Canadá, ¿qué ocurre? Con un poco de imaginación, la hoja de arce se convierte en una magnífica hoja de parra. El hecho de que la mitad de los vinos que se consumen en el segundo país más grande del mundo sean autóctonos demuestra que Canadá no es una mancha blanca en el mapa vinícola mundial. Con los vinos canadienses ocurre lo mismo que con los esquiadores indios: hemos oído que existen, pero prácticamente nadie ha conocido personalmente a ninguno; y cuando por fin los conocemos, resulta que son mucho mejores de lo que imaginábamos.

Lo anterior no debe extrañarnos, pues la vinicultura canadiense es bastante reciente. Se considera que el primer vinicultor fue Johann Schiller, un cabo de origen alemán de la región del Rin. Schiller plantó las primeras vides en 1811 en Ontario, al oeste de Toronto, junto al Credit River. Pero el cultivo de la vid se fue extendiendo paulatinamente no sólo en la mayor región vinícola en el este de Canadá, la península de Niágara, sino también mucho más al oeste, ya en Columbia Británica, en Okanagan Valley.

Did you say wine from Canada? If we wink our eyes a little while looking at the Canadian flag, what happens? With a little imagination, the maple leaf becomes a magnificent vine leaf. The fact that half of the wines consumed in the world’s second largest country are indigenous shows that Canada is not a white spot on the world wine map. It happens the same with Canadian wines as with Indian skiers: we’ve heard they exist, but hardly anyone has personally met any of them; and when we finally do so, it turns out that they are much better than we imagined.

This should not surprise us, since Canadian winemaking is quite recent. The first winemaker is considered to be Johann Schiller, a Corporal of German descent from the Rhine region. Schiller planted the first vines in 1811 in Ontario, west of Toronto, along the Credit River. But the growth of vine gradually spread not only in the largest wine region in eastern Canada, the Niagara Peninsula, but also much further west, already in British Columbia, in the Okanagan Valley.

Okanagan 3

Quien tenga los ojos bien abiertos o lea detenidamente las cartas de vinos en Vancouver, rápidamente se dará cuenta de que el valle de Okanagan es bien conocido y muy apreciado por sus vinos. Se extiende a lo largo de unos 175 kilómetros, desde Osoyoos hasta Enderby, con una anchura de entre 4 y 17 kilómetros y con casi 21,000 kilómetros cuadrados, su extensión es aproximadamente el triple de la de Napa Valley al norte de California. Hoy, las más de 200 bodegas que existen en el valle reciben cerca de un millón de visitantes al año, y sus vinos son cada vez más valorados, especialmente los vinos de hielo, en los que son los mayores productores a nivel mundial y con los que en 2015 recibieron 2,100 premios.

La isla de Vancouver, el valle de Fraser y las islas del Golfo forman parte de este país del vino canadiense, pero el 90% de los viñedos se encuentran en los valles de Okanagan y Similkameen, a cuatro horas de Vancouver. Ocupan las laderas, rodeadas de lagos como el de Osoyoos o Kelowna, en cuyas cercanías nació la tradición vinícola de Columbia Británica. Aquí está la bodega más antigua, Calona Vineyard, en funcionamiento desde 1932, y otras 29 más, que se distribuyen en cinco rutas del vino como son: la Lakeshore Wine Route, la Westside Wine Trai’, o la ruta Kelowna Fab Five.

Anyone who keeps their eyes wide open or carefully reads the wine lists in Vancouver will quickly realize that the Okanagan Valley is well known and highly appreciated for its wines. It stretches for about 110 miles, from Osoyoos to Enderby, with a width of between 2 and 10 miles and at nearly 8,000 square miles, it is roughly three times the size of Napa Valley in northern California. Today, the more than 200 wineries that exist in the valley receive close to a million visitors per year, and their wines are increasingly valued, especially ice wines, in which they are the largest producers worldwide and with whom they received 2,100 awards in 2015.

Vancouver Island, the Fraser Valley and the Gulf Islands are part of this Canadian wine country, but 90% of the vineyards are in the Okanagan and Similkameen Valleys, four hours from Vancouver. They occupy the slopes, surrounded by lakes such as Osoyoos or Kelowna, in the vicinity of which the British Columbia wine tradition was born. Here is the oldest winery, Calona Vineyard, in operation since 1932, and another 29 more, which are distributed in five wine routes such as: the Lakeshore Wine Route, the Westside Wine Trail, or the Kelowna Fab Five route.

Okanagan 2

Fiesta todo el año.

En el valle de Okanagan se celebra la fiesta del vino en todas las estaciones. Los festivales incluyen degustaciones, entregas de premios y mucho queso (el mejor acompañante para una copa de vino). En verano además muchas de las bodegas ofrecen festivales al aire libre y pícnics.

El dulce invierno.

Cuando acaba la vendimia, empieza la temporada del vino de hielo. Las uvas permanecen en la viña hasta que las temperaturas bajan hasta los -8º C, entre noviembre y febrero. El vino llega a la mesa en forma de dulce “líquido dorado”, ideal para postres.

Party all year.

The Okanagan Valley celebrates the wine festival in all seasons. Festivals include tastings, award ceremonies, and lots of cheese (the best pairing for a glass of wine!). In summer, many of the wineries also offer outdoor festivals and picnics.

 

The sweet winter.

When the harvest ends, the ice wine season begins. The grapes remain in the vineyard until temperatures drop to -8º C between November and February. The wine arrives at the table in the form of a sweet “golden liquid”, ideal for desserts.

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